Del sofá a la cima

Casi sin darme cuenta, poco a poco la edad y el sedentarismo se fueron apoderando de mi hasta que en mis 173 centímetros de altura se repartían los 83 kilos que que pesaba mi cuerpo. Para la edad no hay solución pero si para el sobre peso, así que un día decidí que tenía que expulsar esos kilos de más que con tan poco esfuerzo había acumulado, todos esos kilos que con tanto cariño había ganado comiendo tan desequilibradamente y abusando del cómodo sofá.

Retome mi afición por la montaña y empece a salir con un grupo que hacia senderismo, aunque mi alimentación seguía siendo un desastre.

Después de subir alguna que otra cima note que todavía me faltaba mucho para estar en forma, así que me propuse complementar el senderismo corriendo un poco. El primer día que salí a correr creí que me moría, 500 metros me parecieron un triatlón, parando cada cada pocos metros para respirar, los ancianos que paseaban a sus perros por en parque me miraban con cara de asombro, yo creo que alguno estuvo a punto de ofrecerme su bronco-dilatador para el asma.

Cuatro días de agujetas y volví a salir a correr, seguía asfixiandome, pero esta vez ya no hice tantas paradas, mi alimentación empezó a estar más controlada, aunque seguía abusando de algunos alimentos poco saludables, hacia cuatro comidas al día sin comer nada fuera de horas. Reduje un poco la cantidad de comida pero sin controlar las calorías que ingería.

Pasaron un par de semanas y conseguí recorrer un kilómetro entero al trote en unos 8 minutos, el día que lo conseguí sólo me faltó subir un podium, colgarme al cuello una medalla de oro y ordenar que un orquesta sinfónica interpretase el himno olímpico.

De un kilómetro pase a dos, luego dos un descanso y otros dos de ahí a cuatro seguidos, sin pausa.

El 8, primer dígito de mi báscula que tanto tiempo había estado reinando quedo destronado por el 7, 79 kilos, la báscula me daba moral y me quitaba kilos, 4 kilos en 4 semanas.

Acababa de llegar la primavera, un mes llevaba haciendo ejercicio tres o cuatro veces a la semana, ya era capaz de correr 5 km en 35 minutos y mirar una suculenta pizza con doble de queso acompañada de un helado de vainilla y nueces de macadamia y despreciarla sin ningún tipo de remordimiento. (Bueno un poquito tal vez si)

Tenía la moral por las nubes, me sentía como un atleta de elite así que organice para el verano la ascensión a la Pica d'Estats, la montaña más alta de Catalunya de 3.143 m. Situada en la frontera entre España, Andorra y Francia, en el Pirineo Occidental. Para ello tenia que superar 1.500 metros de desnivel positivo y 15 kilómetros de recorrido, esto fue una motivación grandísima, no había lugar para el fracaso, ya no solo se trataba de perder peso, se trataba también de conseguir la preparación suficiente para lograr coronar la cima.

Comencé un diario en el que apuntaba cada día los detalles de mi entrenamiento, la preparación del equipo, las historias del día a día.

De los 83 kilos pase a los 79, a los 76 y luego a los 74 y a los 72, corría los 5 km en menos de 30 minutos, luego aumente la distancia 7 kilómetros, después 8 y de 8 a 10, era capaz de completar los 10 km en 55 minutos y algunos días en menos.

Con constancia y disciplina y también algo de sufrimiento el martes 10 de agosto de 2010 tras 14 horas y 15 kilómetros conseguí el reto.

Una vez conseguido ya no ha habido marcha atrás ahora intento mantener lo ganado, mi peso se mantiene alrededor de los 71 kg y desde aquel 10 de agosto de 2010 ya he coronado mas de 20 cimas, he corrido más de 30 carreras de fondo, andado más 400 kilómetros por caminos y senderos, en los últimos 3 años he acumulado más de 7000 km de actividades, no importa de que actividad se trate; vías ferratas, rafting, barranquísmo, patinaje en linea, ciclismo de montaña, etc… cualquier cosa me vale para evitar que la barriga no me impida verme los dedos de mis pies.

No cuento la docena de kilos que he perdido, cuento todo lo que he ganado: una vida mucho más saludable y una condición física que no esta nada mal.

Cuido mi alimentación, pero eso no quita que pueda que algún que otro día cometa excesos, la única condición que me impongo es lo que yo llamo “hacer sitio”, si se que un fin de semana o un día en concreto voy a pasarme aumento mi actividad física para equilibrar, de esa forma mantengo mi peso a raya, hace cosa de unos cuatro años que estoy estable entre 71 y 73 kilos.

Espero que esta historia os sirva de motivación para vuestros propósitos.